La década de los 80 trajo consigo
los “excesos”, a través de los colores fuertes, estampados y
hombreras gigantes. Fue para no olvidarlo, todo era exuberante,
rebuscado…una explosión de color!.
Fue una de las décadas más
culturales que se recuerdan. La forma de vida de estos años goza de
muchos admiradores, así como de la música, programas de televisión
de la época, cine y moda, es por ello una de las épocas más
recordadas.
El estilo de vida dejó de limitarse
solo al maquillaje, peinado y complementos. Aumenta el interés por
el culto al cuerpo con los gimnasios y entrenadores personales, así
como la cirugía estética.
En estos años, la mujer lleva dos
generaciones luchando por la igualdad, destacando en esta época un
ideal de belleza apostando por una mujer deportiva, ambiciosa, que
triunfa tanto en su vida personal como profesional. Adopta un look
masculino, busca ensanchar sus hombros, y en ocasiones adapta el
clásico traje masculino a sus gustos: camisas sin cuello, chalecos,
tirantes…
El pelo se lleva cortado
asimétricamente, grandes permanentes, flequillos con movimiento,
tupés, y se hace gran uso de los fijadores de pelo.
Maquillaje:
Es duro y agresivo, más masculino.
Las cejas se llevan prácticamente naturales, gruesas y anchas. Los
ángulos en el maquillaje son rasgados, tanto en ojos como en
modelado, el cual es recto y de corte duro, marcando la mandíbula.
Se sombrean los laterales de la
nariz para crear una mirada más dura y con carácter, así, como el
maquillaje del ojo, para el cual se empleaba el kohl tanto por dentro
como por fuera del ojo. Sombras muy fuertes, colores puros y
llamativos (los colores más de moda eran el fucsia, azul marino,
violeta, verde…), siempre acompañados del negro en el contorno del
ojo, estirando y rasgando la mirada. Mucha máscara de pestañas
Desaparece el brillo en el
maquillaje, dejando paso al toque mate; y se emplean los labiales
oscuros y mates, perfilando el corazón del labio de forma
puntiaguda.
Vestuario:
Todo era rebuscado: superposición
de prendas rodeadas por gruesos cinturones, blusas muy anchas
frecuentemente estampadas y con grandes hombreras.
Los pantalones son ajustados, y
cobra mucha importancia el vaquero. Se llevan de todo tipo:
desgastados con agujeros y deshilachados, lavados con ácido, y sobre
todo de estilo country. Se popularizaron en la época también, los
pantalones de paracaídas, leggins y pantalones de estribo,
combinados comúnmente con las camisas grandes tan utilizadas en la
época.
Para las faldas, hay de todos los
tamaños y gustos, desde las muy largas, casi hasta los pies, a
minifaldas muy cortas.
Desde Gran Bretaña vinieron las
camisas blancas con volante, de inspiración “eduardiana”.
Se impone el
gusto por la lentejuela, el strass, plumas, lycras, cuero,
calentadores, pañuelos de colores atados en el pelo o en la
pierna…..
Todo exceso estaba bien visto!.
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