Este movimiento pictórico nacido en Estados Unidos en abril
de 1958 y consolidado a lo largo de los años 60, junto con el Pop Art, fue una de las principales corrientes artísticas de la época.
Inspirado en los juegos ópticos para niños de mediados del
siglo XIX, las obras del Op Art buscan interactuar con el espectador,
provocando una sensación de movimiento virtual mediante efectos de ilusión
óptica, situación que desencadena una respuesta dinámica del ojo y una cierta
reacción psicológica derivada de su apariencia sorprendente.
Las características del Op Art, serían:
- Ausencia total de movimiento real, todas las obras son físicamente estáticas, a diferencia del arte Cinético.
- El artista busca crear efectos visuales tales como movimiento aparente, vibración, parpadeo o difuminación. Emplea figuras geométricas simples, como rectángulos, triángulos y circunferencias en tramados, combinaciones o formaciones más complejas.
- Usa líneas paralelas, rectas, sinuosas, contrastes cromáticos marcados, bien poli o bicromáticos, cambios de tamaño y de forma, etc, entre otros recursos ópticos.
- El observador participa activamente moviéndose o desplazándose para poder captar el efecto óptico completamente.
- El material utilizado es el acrílico para obtener superficies lisas, limpias y muy bien definidas.
La aparición de este movimiento fue rápidamente aceptada por
el público, por sus estudiadas formas, y su influencia alcanzó no solo la
pintura, si no otras áreas como la publicidad, la gráfica y la moda.
El Op Art entró en la moda con sus diseños cuadriculados y
tridimensionales, y rápidamente, los diseñadores textiles y de moda de la
década de los 60, no tardaron en asimilar estos movimientos artísticos y
aplicarlos en el vestir. Lograron de esta manera que el buen diseño fuera una
realidad al alcance de muchos, de fácil acceso para las masas de clase media.
El corte de estas prendas era sencillo, todo se basaba en
los estampados geométricos de la prenda, distorsionados ópticamente, con gran
presencia de contrastes blancos y negros, aplicados tanto en vestidos, dos
piezas, zapatos, complementos, etc. Era lo último para las amantes de la moda
de la época.
Mary Quant
Audrey Hepburn
Se pierden las “combinaciones armónicas” conocidas hasta
entonces, para enfocarlas hacia mezclas casi imposibles. Vestidos muy cortos,
conjuntan con chaquetas hasta media pierna, y los tejidos muy fluidos, varían
desde gasas, satén a algodón muy fino. Un tejido muy sesentero y muy aplicado a
esta moda y época es el Charol.
La versatilidad de los tejidos ayudan a que los efectos
ópticos de estas prendas atraigan aún más la atención visual de quien lo mira.
Diseñadores del momento, que emplearon el Op Art en sus
colecciones fueron Pierre Cardin y André Courréges en Europa, y Rudi Gerneich
en Estados Unidos.
Op Art en Vinilo de
André Courréges
Pero el gusto por el Op Art no queda reducido a una sola
década, a finales del siglo pasado, en los ’90 la moda de los efecto ópticos
volvió de nuevo con fuerza, y en los primeros años del siglo XXI, más de lo
mismo.
Diseñadores como Marc Jacbos, Louis Vuitton, Dolce &
Gabanna, Balmain O Angel Schlesser, han reclutado para sus colecciones, rombos,
dameros, rayas, apostando por las tramposas geometrías bicolores.
Arlequines de Marc Jacobs
Visión Op art de Luis Vuitton
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