viernes, 30 de mayo de 2014

viernes, 23 de mayo de 2014

Gilda (1946)

Película americana estrenada en 1946, la cual no se la considera de las mejores de la época, pero su simbolismo y estética la convirtieron y siguen convirtiendo en una obra imprescindible, al igual que el drama pasional que en el film se recrea.

La película, protagonizada por Rita Haywoth (Gilda) y  Glenn Ford (Johnny Farrel), junto a George Macready (Ballin Mundson), trata sobre el triángulo amoroso de los tres personajes. Johnny Farrel, un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo sacará de un apuro Ballin Mundson, propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a Farrel, a su esposa Gilda. Su sorpresa no tendrá límites: fue precisamente ella quien lo convirtió en lo que es, un ser cínico y amargado.

Aunque la película data de 1946, época dorada de estudiada elegancia y mucha feminidad, el look que Rita Hayworth luce en Gilda es uno de los que más de actualidad se encuentra en nuestros días, tanto maquillaje como vestuario y peluquería.
Las claves del maquillaje de Rita Haywoth en Gilda son sencillas: una piel impecable, destacando mucho los pómulos, cubierta con una base muy ligera de maquillaje, y con un suave toque de polvos, para dar el acabado mate, tan de moda en las películas de la época.

Las cejas, bastante finas y muy bien trazadas, muy cuidadas y arqueadas extendidas hacia la sien en gris oscuro o negro, y perfectamente perfiladas con un lápiz marrón. 
Respecto a la mirada, eyeliner y máscara negros, sin salirse del párpado móvil,  luciendo mucho más sobre un párpado que parece desnudo. Para aumentar aún más la intensidad de la mirada, toque de pestañas postizas, las cuales, no solo eran usadas por la actriz en sus películas, si no también en su vida diaria.

Para los labios, color rojo pasión, todo un clásico de la época.


La peluquería, la mítica melena pelirroja de Rita Hayworth, algo verdaderamente insólito en la época, y completamente peinada en ondas, con raya al lado muy marcada, y volumen, para crear más efecto en los golpes de melena de la actriz.

Respecto al vestuario, éste consigue transmitir la evolución de los personajes a través de la historia, pero sin duda, encontramos piezas atemporales en la película, algunas de las cuales hemos podido ver más recientemente en colecciones de diseñadores españoles, fascinados por el terciopelo líquido.

El sexy y lujoso vestuario, creado por Jean Louis, diseñador francés nacido en 1906, tienta a cualquier mujer: satén negro, pieles que arrastran por el suelo insolentemente, vaporosos camisones y joyas.

Espectacular y el más recodado, probablemente de todos los modelos que luce la actriz en la película, es el vestido negro, de imponente abertura lateral, y que lanzó a la actriz a la fama de ser una de las mujeres más sexys de la época.


Destaca el vestuario de la película por su innovación en algunos de los complementos o composiciones, cómo es la aplicación metálica en el escote en esta escena: 

O el uso de tachuelas, cinturón y brazalete metálicos como complementos a la vestimenta: 

Tal fue la influencia de la película y su vestuario, que los zapatos que saca Gilda en sus bailes en el Casino, con una tira atada al tobillo, pasaron a denominarse en la época, “Zapatos Gilda”.

Vestuario muy sofisticado e imposible de olvidar, como la obra, no es de extrañar que la película ganara en 1946 el Oscar al Mejor Vestuario.

viernes, 16 de mayo de 2014

Veronica Lake (1919 - 1973)

Se llamaba Constance Frances Marie Ockelman, que recortó por el de Constance Keane.
A finales de los años 30 firmó un contrato para la Paramount después de pasar por varios estudios con escasa fortuna.

En el estudio de Adolph Zukor consiguió que en un corto periodo, su glamour y atractivo brillaran en todo su esplendor.

Con sólo su 1’51cm de altura, fue una de las presencias más despampanantes que ha conocido el cine de los años 40.

En la película de Mitchell LeisenVuelo de Aguilas” (1941) el productor Arthur Hornblow Jr., le sugirió que se cambiara de nombre, naciendo así Veronica Lake.

Fue una conocida actriz cinematográfica y modelo pin-up estadounidense que se gano el aplauso de público y crítica durante los años 40, especialmente por sus papeles en films de cine negro, junto al actor Alan Ladd, con el que colmó las portadas de las revistas de la época.
Trabajó en divertidas comedias en las que la rubia actriz demostraba con creces sus innatas dotes para el humor.

Una foto publicitaria puso de moda su icónico peinado platino, llamado “peekaboo”, en la que su larga melena dorada caía encima de la parte derecha de su cara ocultando el ojo. Este estilo fue imitado masivamente por las jóvenes y el Departamento de Guerra de los EEUU exigió a Paramount que prohibiera el peinado a la actriz ya que, al taparles la mitad del rostro, las trabajadoras de talleres y fábricas de armamento sufrían accidentes y errores en su trabajo.
La revista Life la declaró la artista de mayor éxito taquillero y para la población masculina su belleza no pasó inadvertida y fue admirada por multitud de hombres.

Veronica, fue la viva imagen del cine negro de los años 40, delgada, con larga melena, voz grave y un cierto aire misterioso.
Su carreta cinematográfica parecía imparable pero tristemente los buenos papeles dejaron de llegar y su vida fue lentamente alejándose de los rodajes y buscando un refugio de consuelo: la bebida.

En 1955 se casó por tercera vez y el 7 de julio de 1973 una de las actrices más bellas había desaparecido para siempre, dejando viudo a su último esposo y cuatro hijos sin madre.

viernes, 9 de mayo de 2014

Maquilladores y diseñadores de los años 40

Una de las marcas que hoy en día tienen mucho éxito y se creó en los años 40, fue Estée Lauder.

Estée Lauder era apenas una adolescente cuando se preocupaba por el cuidado de sus manos y su piel.
Con recetas caseras y ayuda de su tío farmacéutico aprendió los principios activos básicos de las formulaciones e ingredientes de las cremas para el cuidado de la piel. Dedicó dos décadas a perfeccionar sus lociones y a probarlas con amigos y familiares.
Empezó a venderlas de puerta a puerta y Estée innovó e introdujo las demostraciones y las muestras gratis.
En 1946, Estée y su marido Joseph Lauder, crearon la marca Estée Lauder y empezaron a vender en Nueva York las fórmulas cosméticas que creaban en su casa. Inicialmente sólo vendían cuatro productos, y dos años más tarde comenzaron a vender en los exclusivos almacenes Saks, en la Quinta Avenida de la Gran Manzana.
Así, Estée Lauder, llego a montar una de las mayores empresas de cosmética del mundo.

Un maquillador muy destacado en la década de los 40 fue Allan “Whitey” Snyder, quien fue el maquillador personal de Marilyn Monroe.

Acompañó a Marilyn en su carrera desde el inicio hasta su muerte, con quien desarrolló un estilo de maquillaje muy particular y lleno de secretos. Desarrolló un maquillaje que incluía cremas humectantes como Nivea o incluso aceite de oliva.

Fue el maquillador que creó el que probablemente sea el look más emblemático de todos los tiempos, el de Marilyn Monroe. 
Whitey, como le llamaban, fue un reconocido maquillador de Hollywood. Tuvo una larga y exitosa carrera como maquillador de cine, que despegó en 1948 en la película “Los Muros de Jericó”.

Fue además el maquillador de Marilyn a lo lardo de toda su carrera: desde su primera prueba para “Twentieth Century Fox” en 1946 hasta su funeral en 1962.

La pareja desarrolló una relación muy estrecha a lo largo de los años. Tanto es así que poco antes de su muerte, Monroe le pidió a Snyder que en el caso de morir antes que él, la maquillara para su funeral, y así lo hizo.

Para Marilyn, Allan Snyder creó un look jugoso, muy iluminado (Marilyn no salía de casa sin una capa de vaselina o crema Nivea como base de maquillaje). Tenía muy claro que la belleza equivalía a juventud y la juventud sólo se conseguía con un cutis jugoso e hidratado a veces casi brillante.
Otro de los puntos clave del maquillaje de Marilyn eran los contornos. Snyder se centró mucho en estudiar su estructura ósea para resaltar al máximo sus pómulos y redibujar su nariz para hacerla aún más estrecha.

Las pestañas de Marilyn, siempre parecían grandes y pesadas que provocaban una sombra seductora debajo del ojo. Esa “sombra” fue en realidad obra de Allan Snyder, otra de sus señas de identidad, al igual que la fórmula a base de ceras de los labiales y brillos que Snyder creó para conseguir los increíbles labios de Marilyn.
Whitey fue nominado dos veces a los premios Emmy de maquillaje por un trabajo en el telefilm “Marilyn: la historia jamás contada” (1978) y por “La casa de la pradera” (1981).

Respecto a los diseñadores destacables de la época, uno de los principales fue Pierre Balmain.

Nacido en 1914 en Francia, sus creaciones se distinguían por ser diferentes a las demás. Diseñó diferentes tipos de moda, desde los pantalones “pirata” hasta elegantísimos trajes de cóctel y sugerentes trajes de noche.

Una de sus creaciones más famosa es la “blusa maniquí”, confeccionada en algodón blanco, con mangas de volantes y bordados; a parte, los colores luminosos y estampados alegres se convirtieron en el distintivo de la marca. 

En 1945 presentó su primera colección en Paris, caracterizada por faldas largas y acampanadas de cintura estrecha (conocidas más adelante como el New Look de Dior). Estos diseños constituyeron las piezas más impactantes de su colección.

Famoso por su sofisticación y elegancia, los diseños de Balmain no solo se quedaron y gustaron en Europa, si no que, en los años 50, abrió tiendas en Estados unidos también, comenzando su andadura por allí, con prendas prêt a porter, triunfando tanto como en Europa. Con estas prendas demuestra su habilidad para simplificar, tanto trajes a medida como vestidos de gala, con líneas flexibles. Afianza entonces los rasgos que rápidamente definieron su estilo: bordados en oro, bronce y perlas, sombras pastel. Rasgos que todavía hoy definen las colecciones de la firma. 


Trabajó no solo para la moda, sino también en teatro y cine, vistiendo a divas de la época como Mae West o Joshepine Baker.

Además de sus sofisticados diseños, se lanzó, en 1946, a la producción de perfumes, apareciendo en este mismo año, el perfume Ely 64-83, dedicado a su madre.

Aunque conocido por su sofisticación y elegancia, y por ser el creador del estilo Jolie Madame, siempre estuvo inspirado en el ideal de la belleza clásica.

Otro maestro de la alta costura reseñable de la época, y de todas las venideras, fue Christian Dior.
Nacido en Francia en 1905, y fallecido en Italia en 1957, revolucionó la moda de post guerra de los años 40. Lanzó el llamado “New Look”, que trataba de una moda femenina en todos los aspectos, ostentosa y que destacaba las curvas, además de elegante.

En 1946, respaldado por un magnate textil de la época (Marcel Boussac, llamado el “rey del algodón”), consiguió establecer una casa de costura en Paris.

Pero es especialmente en 1947, con el llamado New Look, sobrenombre dado por la editora de Vogue, Gertrude Stein, cuando comienza a ser especialmente conocido Dior.
Su New Look consistía en un estilo de costura para mujer, que propone hombros torneados, cintura fina y la falda muy amplia en forma de corola a 20 centímetros del suelo.

Representa la elegancia clásica y la vuelta de una imagen femenina, suponiendo la recuperación del lujo y el exceso tras la depresión de la Segunda Guerra Mundial.
Desterró los conjuntos uniformados que se llevaban hasta el momento, a la vez que, convirtió a las mujeres que vestía, en símbolos de femineidad. Recuperó la elegancia clásica, reinterpretándola y adaptándola con las prendas que ya existían.






viernes, 2 de mayo de 2014

Los años 40

La década de los 40 fue muy marcada por una de las guerras más sangrientas, como fue la Segunda Guerra Mundial, en la que se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo.
Se perdió el color, todo era más oscuro y olía a tristeza.

El cine tuvo su atraso, pero se hicieron películas importantes como Casablanca. En Hollywood resurgen los musicales. Es la época de las divas de Hollywood como Marlene Dietrich, Rita Hayword

Marlene Dietrich

Rita Hayword

En la música seguía el jazz y el blues.

Se produjo una gran recesión económica y hubo que reestablecer nuevas escalas de valores y priorizar gastos por la subsistencia de las familias. Por lo que la fabricación de productos cosméticos y maquillajes quedó delegada. Y los perfumes, desaparecieron del mercado.

En lo que respecta al cabello, los recogidos altos y los tupes causaron furor, ya que muy pocas mujeres se podían permitir ir a la peluquería. Las melenas, cuando iban sueltas, se solían peinar con la raya al lado y ligeramente onduladas. Se usaban mucho las pañoletas en la cabeza para ocultar los cabellos desaliñados.


El estilo pin up aparece en los años 40 con la actriz Verónica Lake. La sensualidad de esta mujer hizo que su peinado fuera uno de los más imitados.

A pesar de la gran crisis económica, en Estados Unidos, se hizo lo imposible para retomar la producción de maquillaje, ya que pensaron que si las mujeres se veían guapas y estaban felices, la nación se mantendría en pie al alegrar a los soldados cuando iban a verlas en sus permisos.

A finales de la década, aparecen las pestañas postizas y los delineadores de ojos líquidos y en pasta, las sombras de ojos en barra, la máscara de pestañas waterproff y los desmaquillantes de ojos.

El maquillaje de los años 40 está marcado por su sencillez y sobriedad. Nada de colores extremos en el rostro.

La calidad de los productos disminuyó considerablemente por la escasez de grasas y aceites, por lo que los labiales eran secos y escamosos. Los rostros los llevaban mates y empolvados, y costaba mucho aplicar los polvos y las barras de labios de una manera uniforme.

Las cejas pasaron a ser más gruesas y naturales, se crea la llamada forma “ala de paloma”.

Los labios se llevaban voluptuosos y enormes con el arco de cupido separando los picos del arco, se delinea por fuera en la parte superior hacia las comisuras. Llamándola vulgarmente “boca de asco”, se da este nombre como protesta por la guerra. Y los tonos suelen ser marrones, generalmente oscuros.

Los ojos se sombreaban en tonos muy suaves (celeste, verdoso, marfil, marrón, tierra…) eran enmarcados en su párpado superior por un delineado negro acabado en un rabillo ligeramente descendente y melancólico.

Los pómulos se ruborizaban muy sutilmente dando contorno al rostro.

La moda, como el resto de industrias, durante los años 40 estuvo totalmente controlada por el gobierno, el estilo de la misma atendía a patrones con recursos muy limitados y lejos de cualquier ostentación.


Respecto a la moda, ésta también era un reflejo de la crisis que había Se utilizaban tejidos pobres y de bajas calidades, muy sobrios, casi siempre traducidas a trajes de chaqueta, tanto para los hombres como para las mujeres. Se conseguía una cierta elegancia para ellas, con complementos como guantes y sombreros así como con abrigos y chaquetas.

La ropa se volvió de doble uso, y a veces con la diferente combinación de varias prendas se lograban diferentes aspectos o looks. Y es que en realidad no había recursos para más en esa época; los pañuelos se transformaban en faldas campesinas o turbantes, o se cosían a trajes y pantalones como si fueran remiendos, aunque no tanto para disimular el desgaste de la ropa, como por coquetería.

Se buscan alternativas a la escasez de materiales para la confección de ropa, un ejemplo de esto es el nylon, empleado, entre otras cosas, para hacer las medias, ya que hasta ahora sólo habían sido de seda, haciendo mucho más asequible este producto, pero aun así, debido a la gran crisis económica del momento muchas mujeres simulaban llevarlas pintadas sobre sus piernas.

Todo se volvió muy conservador, lo que también se tradujo a faldas más largas que las que se habían llevado en años anteriores. Ahora los largos cubrían las rodillas, dando un aspecto mucho más sobrio. 
  En Europa, principalmente las francesas, no se dejan amedrentar por este pesimismo, y mientras que en el resto del mundo, las mujeres creían que su deber era vestirse con modestia y sobriedad, ellas empezaron a utilizar los labios de color rojo oscuro y vestidos de colores vivos, como azul, blanco o rojo.

Los zapatos y sobreros crecieron a lo alto. Las mujeres intentaban mantener el equilibrio sobre plataformas y cuñas, de madera y corcho, al mismo tiempo que hacían malabarismos en la cabeza, con cualquier monstruo recargado de cualquier material: periódico, velos, plumas o terciopelo.

Con estos complementos casi no se reparaba en el cuerpo, ya que la figura era muy delgada y la escasa ropa que lo cubría era de seda cruda.

En EE.UU no se notaron tanto las restricciones como en Europa. De 1941 a 1945 la moda no sufrió ningún cambio mencionable. Los trajes rectos adquirieron un aire ligeramente más militar, las faldas se acortaron y los sombreros se hicieron aún más estrafalarios.Con esta imagen desproporcionada, se empezó a reclamar la atención sobre los cuerpos bien formados y elegantes.

Las mujeres comenzaron a dejarse ver con camisas ceñidas de mangas largas y pequeños escotes cuadrados,  la falda llegaba hasta los tobillos, y estaba prohibido lucir joyas o adornos ostentosos, permitiendo como mucho un pequeño bordado sobre el escote.

Fue en 1947 con Christian Dior cuando llegó la revolución a la moda: con su colección denominada por la prensa americana como el “New Look”, presentó una moda femenina en todos los aspectos, ostentosa al destacar las curvas, y muy elegante.

Los rasgos de esta nueva femineidad eran determinados por largos hasta la altura de la pantorrilla, faldas anchas y cinturas de avispa con talle. La parte superior era muy ceñida, con lo que volvieron a utilizarse los corpiños.

Aparece el vestido de coctel, siendo un vestido más elegante que un vestido de tarde, pero menos formal que uno de noche.

Vestido de cóctel de Dior

Los guantes formaban parte del atuendo, junto con los sombreros y zapatos combinados con los bolsos. Se llevaban grandes, pequeños, lisos, decorados, llamativos.  Los zapatos de noche se llevaban muy abiertos, destacando el gusto por el uso de los zapatos de flamenco.

Pero el New Look, también llega a la ropa de diario: faldas estrechas a media pierna, chaquetas entalladas con un pequeño faldón o solapa. Igualmente se usaba mucho la combinación de falda y blusa, o falda y jersey con chaqueta de punto combinada del mismo color. Las mangas eran estrechas y largas, llegando hasta el medio brazo en verano. Apareció el “baby doll”, un pantaloncito bombacho y con mangas abollonadas, usado solo por las jóvenes.

Los trajes de baño seguían teniendo una pernera relativamente larga y se presentaba con una falta corta.