jueves, 10 de julio de 2014

Maquilladores y diseñadores de los años 20



En la década de los años 20 aparecen las primeras firmas cosméticas como Elizabeth Arden, Helena Rubinstein… 
Coco Chanel lanzó su primera colección de maquillaje a base de barras de labios y polvos faciales y su famosísimo Chanel Nº5.

En 1921, París se transforma en el hogar de una verdadera revolución en la historia de las barras de labios, es la primera vez que se usa un producto de esta categoría en un tubo y se vende en el cartucho. El éxito es tal que en 1930 el comercio de barra de labios domina el mercado estadounidense, con lo que surge una nueva etapa para el desarrollo de estas formulaciones.

A principios de la década de los 20 se inventó la más cara de pestañas o rimel (una mezcla de vaselina y carbón) que se convirtió en un éxito instantáneo. Se aplicaba con un pincel fino.
 En 1925, aparece en el mercado la primera laca de uñas de color, que rápidamente consiguió miles de adeptas.

En esta década hay dos vidas paralelas a destacar, es el caso de las divas de la belleza Elizabeth Arden y de Helena Rubinstein.

Elizabeth Arden, nació en 1884 en un pueblo cerca de Toronto. Su primer trabajo fue como enfermera, sus estudios la permitieron adquirir unos conocimientos muy profundos sobre la salud física.En el corto tiempo que trabajó como enfermera conoció a un bioquímico que trabajaba en una fórmula para regenerar la piel después de un accidente.



Para poner en práctica sus ideas se trasladó a New York, y en 1910, abrió su primer salón en la Quinta Avenida.



Su primer producto consistía n una pequeña gama de cremas y lociones, cuando murió, dirigía un imperio que fabricaba 450 productos diversos.

Arden fue pionera en una industria compleja, y la convirtió en un sector de fabricación de productos bonitos y modernos. También fue pionera al crear un método para el cuidado de la piel, desbancando a la idea de aquella época de que la misma crema servía para todo y para todos. De esta forma nace una nueva fórmula en el tratamiento moderno, los cuatro pasos básicos, limpiar, tonificar, hidratar y nutrir con diferentes fórmulas para distintos cutis.

Un viaje a Europa antes de que estallara la Primera Guerra Mundial le permitió entender desde otro lugar el maquillaje, en el que descubrió la máscara de pestañas y la sombra de los párpados.

Estuvo en el salón de Helena Rubinstein y compro muestras de todos sus productos, para conseguir las fórmulas exactas de los productos de su rival.

En 1915, se enteró de que la Rubinstein quería establecerse en USA, por lo que se estaba por desatar una guerra sobre todo porque Arden no soportaba la idea de que Rubinstein se autoproclamara la reina mundial de la belleza.
 


En las décadas de los años 20, 30 y 40, Elizabeth Arden expandió la distribución de su firma a Europa, Canadá, América del Sur, Australia y las Antillas. En 1939, para promover sus productos, fue la primera que realizó publicidad comercial destinada a ser proyectada en salas de cine.

Helena Rubinstein, fue una pionera del mundo de la belleza.
Nació en 1872 en un humilde barrio judío de Cracovia. Con 24 años decidió trasladarse a Australia para ganarse la vida.

  



Poco se podían imaginar que pronto la diminuta Rubinstein, por su metro cuarenta y siete de estatura, iba a revolucionar el continente austral.

El clima australiano era árido y todas las mujeres se interesaron por lo que la polaca usaba en la piel, ya que tenía la piel tersa e hidratada. Así es como nació la primera crema hidratante de Helena Rubinstein. Tuvo tanto éxito que decidió abrir su primer centro de belleza para promover mejor la venta de sus cremas, y fue el primer salón de belleza de la historia. 



En 1902, Helena consigue que el maquillaje no sea un privilegio de unas pocas sino un derecho de todas las mujeres. De ella es la famosa frase. “No hay mujeres feas, ¡sólo mujeres perezosas!”.

En vista de su éxito decide ampliar nuevos horizontes y abre un nuevo salón en París, en 1912 donde divulgó extensamente el lápiz labial.

Inventó el “mascaramatic”, la máscara de pestañas provista de un cepillo interior que hoy en día llevamos en el bolso. También inventó la primera máscara waterproof a petición del equipo norteamericano de natación sincronizada.


Cuando empieza la Primera Guerra Mundial se traslada con su familia a Estados Unidos donde se vuelca en cuerpo y alma para construir su imperio industrial y financiero. A finales de los 50 ya tiene 14 fábricas de cosméticos.
  

Para la moda, dos destacables diseñadores de la época fueron Mariano Fortuny y Jeanne Lanvin.


Mariano Fortuny, nacido en Granada en 1871, su familia provenía del mundo del arte, su padre mariano Fortuny, y su madre, Cecilia Madrazo, hija del pintor Federico de Madrazo.

Desde muy joven destacó por su talento artístico, exponiendo por primera vez en Londres en 1984 y 1897.

En sus obras reflejó el estilo del modernismo y su espíritu ecléctico. Participó en la elaboración de los vestuarios y escenografías del teatro de la Scala de Milán. 

Sus creaciones para el mundo de la moda son especialmente importantes. Recuperó el gusto por la indumentaria de la Antigua Grecia y creando un estilo muy personal y de gran éxito, caracterizado por largas túnicas hechas de telas ligeras con pliegues muy finos. Igualmente se implicó en el diseño textil, innovando en el tintado de las telas y los estampados, para hacerlos parecer de la Antigüedad.

Su primera creación fue el chal Knossos, una túnica de corte similar a un sari, confeccionada con seda estampada. Este modelo, fue usado incluso por Mata Hari.

 Su creación más importante fue el vestido Delphos, el cual, nacido a partir de un simple retal de tela, que Fortuny consiguió plisar de forma permanente con un método secreto (incluso inventó una máquina para ello), y que todavía no ha conseguido aclararse, al igual que los sutiles matices cromáticos de la tela.

 El corte del vestido es muy sencillo y se combina sobre cuatro trozos de tela de mismo tamaño que se cosen entre sí uniendo los anchos, dando lugar a una funda cilíndrica de igual anchura que altura. Esta túnica se ajusta a los hombros mediante el cosido del borde superior de la tela y deja, lógicamente, una abertura central para introducir el cuello y, dos laterales para la entrada de los brazos. 



Jeanne Lanvin comenzó su andadura en el mundo de la moda, como sombrerera con 13 años en París, pero unos años después conseguiría abrir su primera boutique de sombreros, donde vendería sus primeras colecciones, solo de sombreros.

Inspirada en su hija, Lanvin comenzó a diseñar algunas prendas para ella,. Las cuales llamaron la atención de varias personas acaudaladas de la época y que le encargaron copias para sus niñas.

Tras un fracaso matrimonial, la diseñadora lanzó una colección infantil, convirtiéndose sin quererlo en creadora de este tipo de moda. Sus diseños sueltos y de alegres colores eran diametralmente opuestos a las miniaturas para adultos con que se vestía a los niños de la época,  lo que explica el éxito obtenido. Dicha línea pronto fue creciendo y se amplió a otra para jóvenes y esta a una para mujeres.



Fue una de las primeras diseñadoras en fragmentar el mercado y crear vestidos específicos para las jóvenes. Controlaba cada vestido que salía de su taller, y si éste no era de su gusto, lo echaba atrás, si estaba conforme, lo firmaba con una gran pluma azul.

 

En una de sus visitas a un museo italiano, quedó extasiada con el color azul de Fra Angélico, y decidió convertir aquel tono en el color emblemático de su casa de modas, el Azul Lanvin.

Su estilo es ligero, fluido, exquisito, tiende a atenuar los contornos, simplificar los volúmenes y las líneas, concentrando la esencia de la feminidad, eliminando poco a poco, cualquier artificio.
Fue la primera diseñadora que introdujo un logotipo en su marca. La imagen consiste en una madre y su hija con las manos entrelazadas.
 

 Al empezar la Primera Guerra Mundial, creó un vestido camisero que marcará la línea de los años 20, pues su sobriedad se adecuaba perfectamente al austero espíritu de la posguerra. 

A partir de  1925 la casa Lanvin se lanzó al diseño de moda masculina y creación de perfumes, naciendo en dos años, catorce aromas.

Tras la muerte de Jeanne en 1946, numerosos diseñadores se han ido encargando de la casa de modas, incluyendo a la hija de la propia Lanvin, Giorgio Armani, o Alber Elbaz en la actualidad.




No hay comentarios :

Publicar un comentario